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Días tras día se hace más evidente que el sector inmobiliario en España está experimentando un auge en el mercado de alquiler gracias a la creciente demanda, especialmente en las grandes ciudades.

En este contexto, el modelo Build to rent (BTR) es una de las alternativas mejor posicionadas para satisfacer esta demanda, ofreciendo un producto residencial sostenible y de calidad específicamente diseñado para el alquiler.

Este modelo presenta evidentes ventajas frente al tradicional enfoque de construir viviendas para la venta, ya que se centra en las necesidades específicas de los inquilinos y en la generación de ingresos a largo plazo para el inversor.

El futuro del BTR, una realidad en Andalucía

Andalucía es una región con una amplia oferta de viviendas, tanto en propiedad como en régimen de alquiler. Según datos de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, en 2020 el parque de viviendas de la comunidad autónoma ascendía a más de 6,4 millones de unidades, de las cuales el 74,4% se encontraban en propiedad y resto régimen de alquiler.

Sin embargo, la oferta de viviendas en alquiler en Andalucía no ha sido suficiente para satisfacer la creciente demanda de los últimos años, especialmente en las grandes ciudades como Sevilla, Málaga, Córdoba o Granada.

Según el Instituto Nacional de Estadística, el número de hogares que viven en régimen de alquiler en Andalucía se ha incrementado en los últimos años, pasando del 15,9% en 2011 al 20,1% en 2021. Además, se espera que esta tendencia al alza se mantenga en los próximos años.

Ante este escenario, el BTR surge como una oportunidad para ofrecer un producto residencial específicamente diseñado para el alquiler, que cubre las necesidades de los inquilinos y ofrezce una rentabilidad a largo plazo para los inversores. Según un informe de Colliers International, se espera que el BTR alcance una cuota del 5% del mercado residencial en España en 2025, con una oferta de más de 50.000 viviendas.

De hecho, en Andalucía ya se están construyendo unas 2.000 viviendas bajo esta modalidad, principalmente en las ciudades de Málaga, Sevilla y Córdoba.

El BTR ofrece varias oportunidades para el sector inmobiliario andaluz:

Por un lado, permite diversificar la oferta de vivienda y adaptarla a las necesidades de diferentes perfiles de inquilinos, desde jóvenes profesionales hasta familias con niños. Estas viviendas se caracterizan por tener un diseño moderno y funcional y por ofrecer servicios y áreas comunes que mejoran la calidad de vida de los residentes, ampliando el concepto de vivienda para cubrir las nuevas necesidades de la sociedad post-pandemia.

Por otro lado, genera rentabilidades atractivas para los promotores e inversores, que pueden beneficiarse de una demanda estable y creciente. Según Colliers International, la rentabilidad media del modelo BTR en España se sitúa en torno al 5,5%, una tasa que varía dependiendo de la ubicación y el tipo de propiedad, pero que en todo caso se presenta como más alta y sostenible que otras posibilidades para los pequeños y medianos inversores.

Según los datos de Atlas Real Estate Analytics, si en 2010 la inversión en residencial de alquiler representaba un 16% del total, en 2020 ya era un 27% de toda la inversión inmobiliaria.

Además, el modelo BTR contribuye a dinamizar el mercado laboral y la economía local, al crear empleo y actividad en el sector de la construcción, mientras que sirve como elemento modernizador de las zonas donde actúa.

Un camino claro con algunos retos

Sin embargo, para que el modelo BTR pueda expandirse de forma significativa y consolidarse en todas las provincias andaluzas en los próximos años, es necesario que los principales actores del sector den respuesta a varios desafíos.

Probablemente el más importante de todos ellos es la falta de terrenos disponibles para construcción. Si consideramos imprescindible para los proyectos BTR que se trate de ubicaciones céntricas o bien comunicadas con los principales servicios urbanos, nos encontramos con que solo el 10% del suelo disponible en Andalucía cumple con estos requisitos.

Es evidente que es necesaria la implicación de las administraciones públicas, ayudando a localizar esas ubicaciones y agilizando la burocracia tras la obtención de las licencias y permisos.

También corresponde a los responsables de los proyectos BTR adoptar una actitud acorde los criterios de sostenibilidad ESG, localizando oportunidades de inversión en zonas infrautilizadas que permitan servir como motor de renovación de barrios enteros dentro de las ciudades.

Otro factor a tener en cuenta es la necesidad de un marco regulatorio claro que proporcione seguridad jurídica tanto a los inversores como a los inquilinos. En este sentido, algunas medidas como el control de precios o la limitación del plazo contractual pueden desincentivar a los inversores o encarecer los costes para los inquilinos.

En resumen, este modelo presenta una gran oportunidad para los inversores que quieran participar en el sector inmobiliario en Andalucía.

La demanda de viviendas de alquiler de calidad en las ciudades andaluzas sigue aumentando, y el modelo BTR ofrece soluciones a largo plazo para satisfacerla al tiempo que genera rentabilidad.
En un momento de incertidumbre como el actual, y tras la evolución del mercado inmobiliario en unos años marcados por la especulación, el Build to rent es una evolución necesaria hacia un modelo más sostenible y participativo que aporta verdadero valor a las ciudades.