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El mundo en que vivimos cambia a una velocidad asombrosa. La tecnología está transformando la economía, las organizaciones y nuestras propias vidas de maneras difícilmente imaginables hace apenas una década.

El inmobiliario ha sido, en general, un sector lento a la hora de adoptar cambios en la forma de hacer las cosas. No hay duda de que diversas tecnologías han comenzado a disrumpir en esta industria, abocadas a seguir haciéndolo a pasos acelerados en los próximos años.

Estas tecnologías –específicamente orientadas al inmobiliario– son las denominadas PropTech y comprenden campos de innovación muy variados. Hagamos un breve repaso:

Tecnologías de la construcción (ConTech)

Son aquellas tecnologías que se están ocupando de incrementar la eficiencia productiva, la sostenibilidad y la calidad física de los inmuebles. En el plano de la producción, destacan las nuevas metodologías constructivas orientadas al desarrollo de edificios prefabricados o modulares, la implementación de materiales sostenibles de nueva generación, así como la creciente automatización de determinados trabajos difíciles o de riesgo tradicionalmente desarrollados por las personas, llegando hasta la impresión 3D de componentes y edificios completos.

En el ámbito del diseño y la planificación de proyectos, cabe destacar la consolidación del nuevo estándar BIM (Building Information Modeling) o modelización digital detallada de proyectos con un creciente número de novedosas aplicaciones durante el ciclo de vida de los proyectos.

Smart Homes e Internet de las cosas (IoT)

Las casas inteligentes y automatización del hogar está cambiando drásticamente la manera en que vivimos.
Dispositivos y aplicaciones inteligentes, nos permiten literalmente hablar y dar órdenes a nuestras viviendas.

La conectividad y convergencia de dispositivos y aplicaciones orientan la carrera en este campo de grandes gigantes como Google o Amazon que están impulsando la revolución de la industria, y reduciendo aceleradamente los costes de acceso a nuevas y sorprendentes prestaciones en múltiples áreas: control domótico, teleasistencia, seguridad, eficiencia energética, acceso a contenidos y gestión integrada de múltiples servicios domésticos.

Inteligencia artificial (AI), Big Data y nuevos sistemas, herramientas y aplicaciones

Todas ellas están generando creciente eficiencia y reducción de costes en torno a las actividades y servicios relativos a la propiedad inmobiliaria tanto del lado de los profesionales como de los particulares.

Los registros de la propiedad y otras instituciones proveen de datos que posibilitan mejores decisiones para inversores, financiadores, compradores, inquilinos y gestores.

Algunos agentes de la propiedad ya utilizan bots e inteligencia artificial para dar un mejor servicio a sus clientes con un equipo más reducido.

Portales inmobiliarios y motores de reservas extienden cada vez más su espectro de servicios hacia la formación, el asesoramiento especializado y la proveeduría y análisis de datos.

Nuevas soluciones de plataforma (SaaS) como Nester o Rentger (gestión de propiedades en arrendamientos) o AvaiBook (gestión de vivienda vacacional) permiten a propietarios, gestores y clientes acceso permanente a la información relevante y a una gestión online de un creciente número de interacciones como firmar un contrato de arrendamiento, solicitar una reparación urgente de un electrodoméstico o cambiar el horario del servicio de limpieza semanal.

Avances audiovisuales, realidad virtual y aumentada (VR/AR)

La utilización de técnicas de visualización no es nueva en el sector inmobiliario, pero está comenzando a ir mucho más allá de los estándares previos gracias a los avances en tecnologías gráficas y la creciente capacidad de conectividad global.

Ofrecer al cliente final, inversor o financiador, sin necesidad de desplazamiento, una experiencia inmersiva e interactiva de alto valor añadido a través de realidad virtual y realidad aumentada pronto dejará de ser una opción y se convertirá en un estándar del sector del que no podrá prescindir ningún agente que pretenda seguir en el negocio.

Igualmente, irán en aumento las aplicaciones que ya empiezan a encontrar estos avances tecnológicos en el control técnico y mantenimiento de inmuebles e instalaciones.

Tecnología financiera (FinTech)

El mundo de las finanzas, los pagos y la inversión está cambiando aceleradamente. Se registran a diario transacciones inmobiliarias en criptomonedas como Bitcoin; plataformas de crowfunding especializadas están permitiendo que casi cualquier persona pueda iniciarse en la inversión directa en propiedades y proyectos inmobiliarios.

Formas de financiación alternativas al sistema bancario tradicional están emergiendo para inversores y promotores. La digitalización de los pagos y los procesos de firma digital están revolucionando la forma en que tienen lugar las transacciones tanto a nivel doméstico como internacional.

Un banco empieza a dejar de percibirse como un edificio y es cada vez más una aplicación de smartphone; el papel está desapareciendo y muchas tareas de bajo valor añadido están pasando de las personas a los sistemas en beneficio de la competitividad y la experiencia del cliente.

Tecnologías de la educación y el aprendizaje (EdTech)

Entidades educativas públicas y privadas; instituciones, proveedores de soluciones tecnológicas y nuevos agentes del sector, generan contenidos y ofrecen programas formativos enfocados en el sector inmobiliario con creciente valor añadido y costes cada vez más reducidos.

Si bien estas tecnologías no son propiamente PropTech, merecen esta mención dentro del proceso de transformación digital del sector pues serán el principal medio para organizaciones y profesionales de mantener sus conocimientos y modelos de negocio actualizados, acreditar sus capacidades profesionales y no verse sobrepasados por la competencia en un contexto de cambio como el que estamos describiendo.

Aunque el futuro no esté del todo escrito para algunas de ellas, las PropTech tienen el potencial de crear enormes oportunidades para inquilinos, propietarios, gestores e inversores. Del mismo modo que aquellos agentes que se mantengan anclados a los viejos paradigmas de gestión se verán fuertemente penalizados o directamente fuera del juego, quizá mucho antes de lo que pudiera parecer.